lunes, 20 de octubre de 2014

El más duro Discurso en la vida de militante de Durruti.

EL MÁS DURO DISCURSO EN LA VIDA DE MILITANTE DE DURRUTI.





Desde el balcón de la alcaldía de Bujaraloz, Durruti se dirigió a los hombres de la Columna que se habían concentrado en la plaza. Pronunció un discurso duro; quizá, según confesión de uno de los oyentes, el más sentido discurso que Durruti había pronunciado en su vida militante:

"-Amigos, nadie ha venido a esta Columna forzado. Es cada uno de vosotros que habéis elegido libremente vuestra suerte, y la suerte de la primera columna de la CNT y de la FAI es muy ingrata. García Oliver lo anunció por radio en Barcelona: salíamos para Aragón a conquistar Zaragoza o dejar la vida en el intento. Yo repito la misma cosa: antes que retroceder, hay que morir. Zaragoza está en manos de los fascistas, y allí se encuentran centenares, miles de obreros bajo la amenaza de los fusiles, que pueden dispararse a cada instante ocasionando la muerte de nuestros hermanos. ¡¿ Para qué hemos salido de Barcelona, sino es para liberarles?! Ellos nos esperan y nosotros, ante el primer ataque enemigo, echamos a correr. ¡Hermosa manera de mostrar al mundo ya nuestros compañeros el coraje de los anarquistas que se llenan de miedo ante tres aviones! "La burguesía no nos permitirá implantar el comunismo libertario simplemente porque ése es nuestro deseo. La burguesía resistirá porque ella defiende sus intereses y sus privilegios. El único medio que tenemos nosotros para implantar el comunismo libertario es destruyendo la burguesía. El camino de nuestro ideal es seguro, pero hay que seguirlo con coraje. Esos campesinos que hemos dejado tras nosotros, y que han comenzado a poner en práctica nuestras teorías, lo han hecho tomando nuestros fusiles como garantía de su cosecha. Si dejamos el camino libre al enemigo, eso quiere decir que esas iniciativas tomadas por los campesinos son inútiles, y lo que es peor aún, los vencedores les harán pagar su audacia asesinándoles. Es éste y no otro el sentido de nuestro combate. Lucha ingrata que no se parece a ninguna de las que hemos librado hasta ahora. Lo que ha pasado hoy no es nada más que una simple advertencia. Ahora la lucha va a empezar de verdad. Nos enviarán toneladas de metralla y tendremos que defendemos con bombas de mano y hasta con cuchillos. A medida que el enemigo se sienta cercado nos morderá como una bestia acorralada. y morderá duramente. Pero aún no ha llegado a ese punto, y ahora se bate para no caer bajo el peso de nuestras armas. y es más, él cuenta con el apoyo de Alemania y de Italia, y nosotros contamos nada más que con la fe en nuestro ideal, pero contra esa fe se han quebrado los dientes todas las represiones. y hoy se los tiene que quebrar también el fascismo.
"Nosotros contamos a nuestro favor la victoria que hemos conseguido en Barcelona, y debemos aprovechar con rapidez esa ventaja, porque si no la aprovechamos, el enemigo, abastecido por los alemanes e italianos, será más fuerte que nosotros y nos impondrá la dura ley del vencido. "Nuestra victoria depende de la rapidez de nuestra acción. Cuanto más pronto ataquemos, más posibilidades tenemos de triunfo. Hasta este momento, la victoria está de nuestro lado, pero no será consolidada si no tomamos inmediatamente Zaragoza... Mañana no puede repetirse lo de hoy. En las filas de la CNT y de la FAI no hay cobardes. No quereínos entre nosotros gente que se asusta ante los primeros disparos...
"A los que han corrido hoy, impidiendo a la Columna.vanzar, yo les pido que tengan el coraje de dejar caer el fusil para que sea empuñado por otra mano más firme... Los que quedemos proseguiremos nuestra marcha. Conquistaremos Zaragoza, libertaremos a los trabajadores de Pamplona, y nos daremos la mano con nuestros compañeros mineros de Asturias y venceremos, dando a nuestro país un nuevo mundo. Y a los que vuelvan, después de estos combates, yo les pido que no digan a nadie lo que ha ocurrido hoy... porque nos llena de vergüenza" [87].
Y un testigo presencial comenta:
"Nadie soltó el fusil, pero aquellos que habían corrido lloraron de rabia ante sus compañeros. La lección había sido dura, pero esos hombres renacieron aquel día. Muchos de ellos fueron excelentes guerrilleros, y muchos también murieron en el transcurso de los treinta y dos meses de lucha desesperada" 

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